sábado, 13 de abril de 2013

El desarrollo estabilizador, condiciones internas y externas


En el análisis económico de la historia de México hay un periodo que llama la atención de manera especial por sus condiciones excepcionales de alto crecimiento, baja inflación, aparente estabilidad política y equilibrio parcial de cuentas nacionales. A este periodo se le conoce popularmente como el “desarrollo estabilizador” y comprende de 1952 a 1970, periodo gobernado por los presidentes Adolfo Ruiz Cortines, Adolfo López Mateos y Gustavo Díaz Ordaz. El desarrollo estabilizador mostró indicadores económicos realmente sorprendentes; el PIB mostró un crecimiento de 7.1% anual en promedio, el PIB per cápita 3.6%(1), crecimiento del salario real de 6.7%(2) , esto con una inflación de apenas 2.3%(1) , es preciso recalcar que para lograr tales resultados fue necesario que se conjugaran varios factores, como el gran crecimiento del PIB en la década pasada, el aumento de la clase media, el incremento en la tasa de ahorro, el fortalecimiento del sistema bancario, el hábil manejo de la devaluación de 1954, y el crecimiento de la economía mundial en general así como la ausencia de choques externos que perjudicaran negativa y significativamente las variables macroeconómicas en México.

Tanto el auge del desarrollo estabilizador como su decadencia estuvieron influidos por factores tanto internos como externos, en la opinión de Reynoso (1989); el éxito de esta etapa de la economía se debió en mayor medida a las condiciones externas favorables (90% según su percepción), y sólo una pequeña proporción a la política económica llevada a cabo por las autoridades mexicanas y condiciones internas (10%). En el presente ensayo se busca analizar el impacto de los factores tanto internos como externos que influyeron en el éxito y caída del desarrollo estabilizador.

Un factor determinante para el éxito del desarrollo estabilizador fue la devaluación “preventiva” llevada a cabo en 1954 como medida precautoria del gobierno mexicano ante una posible situación similar a la devaluación de 1948 (ya que las condiciones fueron muy similares), la cual causó enormes pérdidas tanto en términos económicos como sociales. La devaluación fue una medida interna, pero forzada por choques externos tanto en la demanda como en la oferta extranjeras. A partir de esta medida se logró el objetivo del gobierno mexicano de mantener una economía con crecimiento sostenido y sin inflación ni devaluación, y así romper el ciclo recurrente de inflación-devaluación.

La economía mundial tuvo una aceleración del crecimiento en el periodo analizado, creció en promedio 4.9%(3) en el periodo 1952-1973; esto, cæteris paribus, repercute positivamente en el crecimiento de los países individualmente, ya que aumenta la demanda global y por lo tanto las exportaciones de los países en general, un dato que sustenta esto fue que en dicha época se dio el crecimiento más rápido del comercio de la historia, éste creció a un ritmo de 7%(3) anual en el periodo de 1952-1973.

 La baja inflación fue de las principales bases para el éxito del desarrollo estabilizador, ya que repercute en variables como el consumo, por lo tanto en el ahorro, inversión (dado que es una proporción del ahorro), confianza de la inversión extranjera en el país, entre otros. La relativa estabilidad de precios se logró principalmente por 2 factores; en primer lugar, el financiamiento del gobierno por el sector bancario, situación contraria a lo que ocurría previamente cuando el gobierno federal se financiaba con emisión de dinero por parte del Banco de México, resultado de esto, el financiamiento del gobierno federal aumentó del 12% en 1963 a alrededor del 25% en 1970(3) , y en segundo lugar a la ausencia de choques externos que pudieran afectar positivamente los precios (como por ejemplo: aumento en precios de importables).

Una condición primordial para el desarrollo de un país es, sin duda, la estabilidad política y en el periodo analizado existió estabilidad, aunque dicha estabilidad se vio reducida gradualmente conforme avanzaba la década de los sesenta, cuando Díaz Ordaz tomó la presidencia en el 64 ya existía cierta tensión entre diferentes grupos y el gobierno y para finales de la década, el movimiento estudiantil del 68 fue la gota que derramó el vaso, el gobierno usó medidas drásticas para acabar con las protestas. Antes de la matanza de Tlatelolco el gobierno reprimía protestas, pero tratando de ocultarlo para seguir manteniendo la imagen positiva de México(4) y evitar desconfianza en el régimen de inversionistas y prestamistas tanto extranjeros como nacionales. A partir de la matanza de Tlatelolco el régimen se volvió sinónimo de autoritarismo y a pesar de que el partido ganó las siguientes elecciones, la confianza y buena imagen del gobierno mexicano se vieron fatalmente dañadas, tanto entre los mexicanos como entre los extranjeros.

La única fuente de crecimiento a mediano y largo plazo en una economía es el cambio en la productividad total de los factores, esto se logra con inversión y, dado que ésta es una proporción del ahorro(5) (en economía abierta), el ahorro se vuelve fundamental en el crecimiento económico. En el desarrollo estabilizador el “ahorro voluntario” aumentó considerablemente, fue una fuente tanto de crecimiento como de sustento del modelo, ya que propició la inversión, pero también fue una importante fuente de financiamiento del gobierno federal y así se evitó el gasto público financiado con emisión de circulante del B.M. Este aumento del ahorro se dio gracias al crecimiento del producto interno bruto (dado que el ahorro es una proporción del ingreso), la estabilidad de precios (de no existir ésta, dada una tasa de interés, la gente tiene más incentivos a tener liquidez y evitar el “impuesto inflacionario”), y la creación de activos financieros líquidos.

Una de las consideradas principales causas del declive del desarrollo estabilizador fue la deuda creciente del gobierno mexicano a partir de mediados de los sesenta, ya que si bien es cierto que el gobierno se estaba financiando con ahorro interno, éste empezó a ser insuficiente en la década de los sesenta para abastecer el gasto gubernamental, lo que ocasionaba que el ahorro fuera menor a la inversión, hecho que ocasionaba un ahorro externo negativo y por lo tanto un déficit en la cuenta corriente. Este desajuste normalmente no se da si la recaudación fiscal se encuentra en niveles óptimos, pero en el periodo analizado México recaudaba una proporción muy baja del PIB. Se buscó desde la llegada de Díaz Ordaz una reforma hacendaria que elevara la recaudación, ésta fue subiendo, pero no pasó del 12%(6). México era uno de los países de América Latina con menor recaudación como proporción de su PIB, hecho que implicó un menor margen de acción del gobierno ante posibles eventualidades, así como una deuda creciente que podría dejar a la economía en una situación de vulnerabilidad ya que el crédito externo e interno estaba limitado y llegaría un punto en el que se alcanzaría el punto límite de crédito dada la trayectoria creciente del endeudamiento público y el gobierno sólo tendría los impuestos como presupuesto para sostenerse. Ante este posible escenario un choque negativo en; por ejemplo, la demanda extranjera, el gobierno no tendría margen para llevar a cabo una política contra cíclica apropiada que suavizara el impacto negativo en la economía o similarmente ante un choque negativo en la inversión extranjera. (Esta trayectoria creciente de la deuda tuvo repercusiones desastrosas, pero hasta la siguiente década).

La baja recaudación no era el único problema hacendario de México, también la recaudación ineficiente e “injusta”, según analistas de la época(7) que, aunado al crecimiento acelerado del país, aceleró la brecha entre ricos y pobres acentuando las tensiones sociales de finales de la década de los sesenta. Otro punto relevante tocado por los analistas fue que la base gravable era muy limitada, este hecho era ocasionado, principalmente, por exenciones fiscales a ciertos grupos. Estos 3 problemas; baja recaudación, pequeña base gravable y recaudación ineficiente e injusta han sido problemas recurrentes en la historia hacendaria de México y han limitado las políticas de gasto gubernamental, a la postre estas deficiencias hacendarias contribuirían en gran medida al colapso del desarrollo estabilizador.

 Según Cárdenas, un punto de desequilibrio del sistema fue “el aparato proteccionista, que fue creciendo con los años, al tiempo que el gobierno protegía y alentaba a sindicatos afines políticamente”(1), este proteccionismo del gobierno se puede justificar teóricamente en un principio y bajo ciertos supuestos de costo medio decreciente de la industria y competencia externa pre-existente y menos eficiente(8), pero este argumento (de la industria naciente) ya se había agotado para ciertas industrias, como la industria de bienes no duraderos, ya que esta ya había terminado el proceso de sustitución de importaciones, de manera que ya sólo se importaba 9%(3) del consumo doméstico, hecho que limitaba tanto su crecimiento (confinado al crecimiento del mercado interno), como la calidad del producto ofrecido, ya que ante un excesivo proteccionismo la industria beneficiada pierde incentivos para la innovación y la re inversión de utilidades, que a la postre generaran crecimiento económico.

 Varios autores como Cárdenas o Clark Renolds señalan el paulatino debilitamiento del sector agrícola como un factor fundamental en el decaimiento del desarrollo estabilizador, la inversión gubernamental en el sector agropecuario disminuyó y “la política de garantía de precios sesgó la producción hacia cultivos poco remunerativos aunque necesarios para la alimentación de la población”(1). La fortaleza del sector agropecuario es para una nación un tema fundamental, ya que de ello depende la autonomía y la autosuficiencia de la nación y, para una nación con aproximadamente la mitad de la población en pobreza patrimonial, como lo es México, es un tema aún más importante dado que el debilitamiento del sector se traduciría en un incremento de precios que tendría efectos regresivos y generaría descontento social. La caída en el los precios internacionales desincentivaron la inversión en el campo y acentuaron la decadencia del sector, consecuencia de esto, y del auge en el sector industrial, hubo una gran migración del campo a la ciudad, hecho que generó la aparición de “cinturones de miseria”3 en las ciudades y “ello profundizó la brecha entre dos “Méxicos” que todavía no es posible cerrar”(1). El deterioro del sector agropecuario contrajo las exportaciones, lo que obligó al gobierno a recurrir a más créditos externos para completar la necesidad de divisas. Esta situación está ligada a la falta de margen de maniobra ocasionada por la debilidad hacendaria de la época y a una falta de planeación gubernamental.

En conclusión, tanto el éxito como la caída del desarrollo estabilizador estuvieron expuestos y fueron resultado tanto de condiciones externas como internas de le época y condiciones pre existentes; sin embargo, decir que las condiciones externas influyeron en mayor medida que las condiciones internas como lo hace Reynoso (1989) o viceversa me parece restarle importancia al hecho de que, sin la existencia de una de las dos, no hubiera sido posible alcanzar el crecimiento observado con la estabilidad de precios que se dio, ya que se da la imposibilidad de separar los efectos de ciertas condiciones externas que se pudieron aprovechar, o afectaron, debido a las condiciones internas y viceversa. Lo que sí podemos asegurar es que para el final del desarrollo estabilizador, el gobierno mexicano se mostró incapaz de adaptarse a los cambios sociales y a las necesidades económicas y así mantener las altas tasas de crecimiento con la estabilidad de precios. Esto condujo al fin de una de las épocas más importantes para la historia económica de México.

 1 Cádenas (1996)
 2 Suáraz Dávila
 3 Cárdenas, Ocampo, Thorp (2003)
 4 Loeza Soledad
 5 Solow, Robert (1956)
 6 Izquierdo (1995)
 7 Kaldor en Cardenas (1996)
 8 Paul R. Krugman “Economía internacional: Teoría y política”


 Bibliografía

 Cárdenas, Enrique (2010), La economía en el dilatado siglo XX, en Historia Económica General de México, Sandra Kuntz (Coordinadora), por publicarse, pp.517-525. Izquierdo, Rafael (1995), Política hacendaria del desarrollo estabilizador, México, Fondo de Cultura Económica, capítulo 4, pp. 66-91. Suárez Dávila, Francisco (2005), “Dos visiones de la política económica en México: un debate en la historia (1946-1970)” en Romero Sotelo, Ma. Eugenia (Coordinación), Historia del pensamiento económico en México. Problemas y tendencias (1821-2000), México, Editorial Trillas, pp. 253-282. Ortiz Mena, Antonio (1970), “Desarrollo estabilizador. Una década de estrategia económica en México”, El Trimestre Económico, Vol.37, número 146, pp. 417-454. Cárdenas, Enrique, Ocampo, J.A., y Thorp R. (eds.)(2003), “Introducción” en Industrialización y estado en la América Latina. La leyenda negra de la posguerra, Serie Lecturas 94, Fondo de Cultura Económica, México, pp. 9-57. Robert M. Solow(1956) “A Contribution to the Theory of Economic Growth”. The Quarterly Journal of Economics (1956) 70 (1): 65-94. doi: 10.2307. Paul R. Krugman, Maurice Obstfeld, “Economía internacional: Teoría y política” Pearson Education.

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