viernes, 3 de mayo de 2013

Los logros de la economía mexicana en su camino hacia la modernidad.



El periodo del desarrollo estabilizador mexicano llegó dramáticamente a su fin con la crisis de la deuda en 1982, esta crisis fue para México un punto de inflexión donde se dio un cambio de paradigma, de una economía altamente protegida y de intervención estatal hacia una economía de libre mercado. Esta nueva tendencia apostaba generar un crecimiento económico acelerado impulsado por la apertura comercial y lograr un crecimiento en la productividad total de los factores. El sexenio de Miguel de la Madrid fue un periodo en el cual se intentó por diferentes medios hacer un reajuste a la economía para evitar el estancamiento económico, esto no se logró satisfactoriamente por diversos factores tanto externos como internos, posteriormente, con la llegada al poder de Carlos Salinas De Gortari se continuó e incluso se acentúo la tendencia hacia una economía abierta, con una participación estatal cada vez menor. La economía mexicana ha tenido tanto avances como retrocesos desde entonces, ¿cuáles han sido sus principales logros?, es la pregunta que el presente ensayo tratará de responder.

Proceso de liberalización

Siguiendo la tendencia marcada por el gobierno de Miguel de la Madrid de apertura comercial, el gobierno de Salinas firmó en 1992 un tratado de libre comercio con América del norte, el cual entró en vigor el 1º de Enero de 1994. Existe mucha polémica acerca de los efectos de este tratado, se argumenta que no generó el crecimiento acelerado ni el crecimiento en productividad que prometía, este par de críticas se pueden matizar y contrarrestar por los efectos positivos que ha tenido en la economía mexicana. El TLCAN generó una expansión de la demanda por los productos nacionales, mayor variedad de productos tanto consumibles como de capital a menores precios, esto se tradujo en un aumento de la competencia que orilló a las empresas nacionales a bajar sus precios y a aumentar la calidad de sus productos. El TLCAN, por medio del aumento en exportaciones, ayudó a México a sortear la crisis del 94, ya que ésta fue de mayor magnitud que la crisis de la deuda y en el caso de la del 94; se pudo llegar al nivel productivo pre crisis solamente 2 años después  , a diferencia de la crisis de la deuda, en la que la economía tuvo un periodo de recuperación largo y con altibajos.

El consumidor mexicano se vio enormemente beneficiado tanto por este como por otros tratados y acuerdos comerciales que se fueron firmando a lo largo de los 90 y de la década siguiente (TLCAN, Japón, Brasil, Argentina, Chile, Venezuela, etc.). Un sector de los más  beneficiados fue la industria automotriz; en el mercado mexicano en 1994 se ofrecían 90 modelos de autos y en la actualidad se ofrecen más de 4001, este aumento en la variedad de bienes lleva a un aumento en el bienestar social y a una disminución de precios. Este factor de competencia en precios, que llega para romper esquemas oligopólicos generados por el excesivo proteccionismo precedente a esta tendencia de liberalización comercial, fue fundamental en el control de la inflación a través de bienes importables que se logró posteriormente.

La apertura comercial ha logrado que México sea el mayor exportador de América Latina y que la distribución de sus exportaciones deje de estar concentrada mayoritariamente en el petróleo, México se ha convertido en un exportador de manufacturas. Las exportaciones petroleras pasaron de 55.2 % del total de exportaciones en 1985 a 14.9% en el 2005, y las exportaciones de manufacturas de 37.6% en 1985 a 81.8% en el 2005 , este hecho reduce la dependencia de los ingresos comerciales en las exportaciones petroleras, los cuales están sujetos a la volatilidad de los precios internacionales. Tal reasignación de los factores productivos en la economía hacia los sectores más competitivos produce un aumento en productividad y generen un mayor valor agregado en la economía mexicana.

Con la firma del TLCAN, México ha sabido aprovechar su ventaja geográfica , esto significa que ante un posible intento de incursión de alguna empresa transnacional en Estados Unidos, podría usar México como “trampolín” al contar con mano de obra barata y relativamente calificada, esta ventaja se puede materializar con inversión extranjera directa en la producción de bienes comerciables y esto se derivaría en una filtración de los beneficios derivados por salarios, transferencia de tecnología y aumento de productividad. Los beneficios de esta ventaja comparativa la han absorbido principalmente la industria textil, la automotriz y la de productos electrónicos; A partir del TLCAN se han instalado empresas de ensamblaje de automóviles ocasionando que la productividad de los trabajadores en esta industria suba casi 70%1 , empresas productoras de pantallas a color se han instalado en territorio mexicano haciendo de México el mayor socio comercial en productos electrónicos a E.U y “actualmente en México existe un fuerte impulso a la investigación y desarrollo en el sector tecnológico” . Este aumento de la inversión extranjera directa ha sido resultado de la apertura del sistema financiero mexicano a inversión extranjera y ha significado un impulso trascendental en las exportaciones2.

Aspectos sociales

El crecimiento en la productividad total de los factores es el factor fundamental en el crecimiento de largo plazo de una nación y la educación y capacitación es una potencial fuente del crecimiento de la productividad total de los factores. En educación México ha visto una mejora notable; “los años promedio de escolaridad subieron de 4.6 en 1980 a 8.6 en 2005” , 16% de las personas de entre 24 y 35 años de edad tenían un grado universitario en 2005 , el aumento en la escolaridad representa un aumento en el trabajo calificado; en 1991 el trabajo calificado representaba 9.8% y éste llegó al 13.9% en el 2000.2 Este aumento en la escolaridad promedio de la población se debería reflejar en aumentos en la productividad total de los factores, sin embargo, existen otros factores que inhiben el crecimiento que han ocasionado que esta nueva población educada pueda ser absorbida por el mercado laboral y por lo tanto se desempeñe en trabajos que requieran menor grado de capacitación. Sin embargo, esta mejora educativa se podrá ver reflejada en un aumento de la productividad una vez el mercado absorba esta nueva mano de obra educada.

Política macroeconómica

La estabilidad macroeconómica es una condición necesaria más no suficiente para el crecimiento económico y ésta ha sido, sin duda, uno de los principales logros de la economía mexicana en los últimos años. A partir del sexenio de Salinas se logró estabilizar la inflación (a excepción del periodo inmediato posterior a las crisis del 94), se redujo el déficit fiscal y se fue paulatinamente reduciendo el nivel de endeudamiento hasta llegar a niveles bastante manejables, dicha estabilización se logró con reformas que iban en sintonía con el proyecto de liberalización de la economía; como la apertura comercial y la privatización de empresas con participación estatal, esta última medida fue importante en la tarea de reducir el déficit fiscal ya que muchas de las empresas tenían déficits importantes. Estas medidas tomadas por el gobierno reiteraban el deseo de México por formar parte de las economías modernas y generó confianza en inversionistas locales e internacionales.

Las instituciones

La autonomía del Banco de México ha sido de los logros más importantes en el camino hacia una economía moderna, esta medida principalmente ha ayudado a evitar que el gobierno se financie con el impuesto inflacionario.  El establecimiento de los objetivos de inflación por parte del B.M. ha ayudado a reducir la inflación y a generar mayor confianza entre los consumidores  e inversores, derivándose en un aumento potencial en la tasa de ahorro de la economía; ya que los ahorradores pueden tener mayor certeza de la inflación en el siguiente periodo.
Fuente:http://www.banxico.org.mx/publicaciones-y-discursos/discursos-y-presentaciones/discursos/%7B206435A6-3334-D0BA-1993-26B09784FFB2%7D.pdf

 El establecimiento de un tipo de cambio flexible significó que el Banco de México se centrara en el control de la inflación y dejara en segundo término la intervención en el mercado de divisas, por lo que ha tenido mayor oportunidad de incrementar sus activos internacionales, especialmente reservas en moneda extranjera, lo que le da un mayor soporte para enfrentar posibles eventualidades y ataques especulativos contra el peso como el ocurrido en el 94.

 Elaboración propia con datos de Banco de México. http://www.banxico.org/ayuda/temas-mas-consultados/reservas-internacionales.html

La crisis del tequila provocó en México la quiebra del sistema bancario y grandes cambios en los métodos de regulación financiera, a partir de entonces México ha logrado paulatinamente consolidar un sistema bancario fuerte, con altos índices de capitalización que dan solidez al sistema bancario. Un resultado de esta nueva normatividad, es que los 5 bancos más grandes de México tienen un índice de capitalización de alrededor del 15% , esto es 5% mayor a lo requerido por Basilea lll. Gracias a esta fortaleza el sistema financiero mexicano tuvo la capacidad de enfrentar exitosamente choques financieros internacionales como el del 2008.

Proceso de democratización 

Sin duda, uno de los principales logros en México en los últimos años es la alternancia política en el poder, dicha alternancia representa mayor competencia y, como en los mercados; la mayor competencia genera mayor bienestar social. Tal alternancia fue posible gracias a errores tanto políticos como económicos a los largo de los 70 años en el poder del PRI, donde el detonante, o la gota que derramó el vaso, fue la crisis del tequila. La creación del IFE fue un hecho que ayudó a acelerar el proceso democrático en el país. Como argumenta Sala i Martín un proceso de liberalización económica a la postre se traducirá en mayor exigencia de la población por libertades individuales y mayor democracia , si bien no podemos atribuirle la transición democrática en su totalidad a la liberalización económica, si tienen cierto grado de relación.

Conclusiones

Los principales logros de la economía mexicana en los últimos años parten, principalmente, del plan liberalizador que dio inicio en el sexenio de Salinas, el cual tenía como meta consolidar a México como una economía moderna, este plan tuvo un revés drástico que sirvió para rectificar errores cometidos y consolidar la tendencia hacia una economía moderna, integrada al mercado mundial y democrática. En el camino hacia esa meta se han logrado avances en aspectos de estabilidad macroeconómica, sociales e institucionales, estos avances han generado un marco económico, legal e institucional más adecuado para la generación de crecimiento económico. No obstante, el camino hacia la consolidación de le economía mexicana como una potencia es largo y empinado, hay muchos aspectos que mejorar tanto en términos políticos como económicos.






Bibliografía
Ramírez de la O, Rogelio (2010),  “El crecimiento de las últimas tres décadas en México: ¿Para quién?” en Rolando Cordera (coord.),  Presente y perspectivas, México, CIDE, Conaculta, INEHRM, Fundación Cultural de la Ciudad de México, 2010, pp.310-344.
Puyana, A. Y J. Romero (2010), “La economía mexicana después de dos décadas de reformas económicas” en Mercado, A. Y J. Romero (Coord.), Las reformas estructurales en México,  México, El Colegio de México, pp. 19-71.
Stallings, Barbara y Wilson Peres (2000), Crecimiento, empleo y equidad. El impacto de las reformas económicas en América Latina y el Caribe, Santiago, CEPAL y Fondo de Cultura Económica, capítulo 3, pp. 57-98.
Vega, Gustavo (2009), “De la protección a la apertura comercial” en Ilán Bizberg y Lorenzo Meyer,  Una historia contemporánea de México, México, Oceano ,Tomo IV.
Moreno Brid, Juan Carlos y Jaime Ros (July 2007), Mexico’s Economic Development in Historical Perspective, Oxford University Press, pp. 194-213.
Cárdenas, Enrique “El fin del presidencialismo. Reformismo interrumpido, 1996-2012” manuscrito por publicar.
Banxico.http://www.banxico.org.mx/ayuda/temas-mas-consultados/reservas-                                                                                                  internacionales.html. http://www.banxico.org.mx/publicaciones-y-discursos/discursos-y-presentaciones/discursos/%7B206435A6-3334-D0BA-1993-26B09784FFB2%7D.pdf
CNBV. http://www.cnbv.gob.mx/Bancos/Paginas/Indice-de-Capitalizacion.aspx
Xavier Sala i Martín. Economía Liberal para no economistas y no liberales.

viernes, 26 de abril de 2013

La reforma financiera, detonante de crecimiento.

El gobierno federal planea presentar ante las cámaras una reforma financiera, ésta tiene como propósitos: aumentar el crédito a la producción y abaratar el crédito al consumo.

La historia del sector bancario en México ha tenido varios giros dramáticos en los últimos 30 años, desde la expropiación bancaria del 82, pasando por la privatización del 93 y la quiebra de la crisis del tequila, con el posterior rescate bancario (FOBAPROA). A partir de la crisis del tequila, el sector bancario pasó a manos extranjeras, simplemente porque, dado los riesgos, el capital mexicano no estaba dispuesto a invertir en el sector bancario. Los bancos extranjeros que llegaron se enfocaron en préstamos al consumo, cobrando un diferencial de tasas bastante amplio.

El efecto en la economía mexicana de la falta de crédito, posterior a la quiebra bancaria de la crisis del tequila, se vio agravada por el tratado de libre comercio con américa del norte, ya que éste suponía que se daría una re asignación de los recursos de los sectores menos productivos a los más productivos; lo que llevaría a un aumento de la productividad en México. Lo que impidió tal re asignación fue la falta de crédito a la producción,  ya que las pequeñas y medianas empresas no tenían financiamiento para inversión de capital o les resultaba excesivamente caro, lo que ocasionó su quiebra y el escazo crecimiento de la productividad de los factores en México en los últimos 30 años.

Por otro lado, la razón principal del gran diferencial de tasas cobrado por los bancos comerciales en México es la falta de garantías que faciliten la ejecución de resoluciones judiciales sobre embargos
 y cobros de créditos. Lo que busca la reforma financiera es aumentar éstas garantías y reducir el riesgo del préstamos, lo que llevaría a disminuir su precio y aumentar la actividad económica.

Tener un sistema bancario grande y eficiente lleva a que los recursos en la economía se distribuyan de manera más eficiente y así se aprovechen proyectos que de otra manera no se podrían llevar a cabo.
Las pequeñas y medianas empresas son las que más aportan al producto interno bruto en México y éstas son las que más se verán beneficiadas con ésta reforma, por lo que considero que la reforma financiera será un detonante para el futuro crecimiento de México.


Crédito otorgado por los bancos al sector privado (Banco Mundial)

jueves, 18 de abril de 2013

La década perdida y el gobierno de Miguel de la Madrid



Los años ochenta fueron una difícil década para la economía mexicana,  comúnmente se le llama “la década perdida” y fue consecuencia tanto de malas decisiones de gobiernos anteriores como de condiciones y choques externos desfavorables. Durante el periodo conocido como desarrollo estabilizador la economía mexicana tuvo altas tasas de crecimiento con baja inflación. Al agotarse el modelo de sustitución de importaciones, el gobierno buscaba mantener las altas tasas de crecimiento que se habían visto en décadas pasadas y para esto enfrentó la disyuntiva de decidir entre 2 posibilidades; liberalizar la economía gradualmente para incentivar a las empresas a invertir generando aumento en la competencia o impulsar el crecimiento de corto plazo con gasto público financiado por deuda[1]. El gobierno mexicano eligió la segunda opción y eventualmente llegó a un límite de endeudamiento, a esto, sumándole las condiciones externas desfavorables (como la pérdida en los términos de intercambio) llevaron a la crisis de la deuda en 1982.
El sector financiero extranjero suspendió el otorgamiento de nuevos créditos a México, lo que implicó que el gobierno mexicano se financiara por ahorro interno y por emisión de dinero por parte del Banco de México, generando una enorme inflación. Estos hechos se dieron en un entorno de reducción del producto interno bruto lo que generó que hubiera poco crecimiento y mucha inflación, resultando en grandes pérdidas en bienestar social con los inherentes desbalances en las cuentas nacionales producto de la deuda inicial y la suspensión de crédito externo al país. El propósito del presente ensayo es analizar si el estancamiento del periodo citado pudo haber sido evitado de alguna manera por el presidente en turno (Miguel de la Madrid) y hasta qué punto.

Desde que llegó Miguel de la Madrid al poder sabía que era necesario estabilizar la economía, por esto el primer año de su gobierno se dedicó a hacer ajustes tratando de re balancear la economía. Redujo el déficit presupuestario del gobierno, el primer año se restructuró alrededor del “65% de la deuda privada externa del país”[2], esto con el propósito de disminuir la tendencia inflacionaria así como mantener un presupuesto más balanceado. El gobierno atacó en un principio el problema desde un punto de vista ideológico ortodoxo, ya que se ataca el problema de la inflación por el lado de la demanda agregada. 
Se había empezado a notar algo de avance, la inflación se vio reducida de 80% a 59.2% en el año de 1984.2 Hubo un par de choques exógenos que alteraron el programa de estabilización económica, uno fue el terremoto del 85 con el cual se tuvo que incrementar el gasto público inevitablemente perdiendo el terreno ganado sobre la inflación por el ajuste fiscal. Por este factor externo se le otorgó a México el mundial de futbol de 1986, lo cual implica incurrir en gasto público pero también implica ingresos por servicios como el turismo, transporte entre otros. Este cambio parece haber sido marginal y al parecer de un impacto limitado debido a que se conjugó con la caída a nivel mundial de los precios del petróleo, esta caída se dio por un común acuerdo de los miembros de la OPEP para intentar sacar del mercado a países poco competitivos en la producción del petróleo que no pertenecían a la OPEP para después paulatinamente volver a subir los precios. Estos choques inesperados que afectaron a las finanzas públicas retrasaron el reajuste económico planeado y el gobierno de De la Madrid poco pudo hacer al respecto ya que no tenía acceso al crédito externo y por lo tanto durante ese periodo la deuda interna se volvió un componente esencial en el financiamiento del gobierno, pero el gobierno enfrentaba 2 problemáticas a este respecto: un sistema bancario excesivamente regulado que impedía flexibilidad en las tasas de interés para captar ahorro interno1 y la falta de credibilidad que generaba por la alta inflación (ya que unas tasas tan altas de inflación como las que se tenían incentivaban al gobierno a “licuar” su deuda con ésta).  El punto que se puede cuestionar al gobierno de Miguel De la Madrid es la falta de una reforma fiscal integral que evitara o redujera la gran dependencia de los ingresos fiscales sobre un activo tan riesgoso como lo es el petróleo, dado el contexto que se vivía cuando llegó al poder (1982) con la crisis de la deuda, posiblemente una reforma fiscal que elevara los impuestos hubiera deprimido más la economía, pero esto supone que la tasa óptima obtenida de la curva de Laffer es mayor a la que existía en ese periodo, supuesto que era erróneo como se mostró en el siguiente sexenio. En el gobierno de Salinas se redujo la tasa del IVA en 5 puntos porcentuales y se aumentó la recaudación, esto se pudo haber logrado con el gobierno de Miguel De la Madrid y hubiera impulsado el crecimiento económico y reducido su problema presupuestario y gasto público inflacionario.

Las transferencias al extranjero como pagos de intereses fueron posible gracias a la contracción de la demanda interna[4] y esta se generó con recurrentes devaluaciones con el propósito de generar un excedente al gobierno que le permitiera captar recursos para financiar sus transferencias al extranjero y evitar un déficit en la cuenta corriente que ocasionara una mayor pérdida de reservas para el banco central. “Esta política de devaluaciones masivas fue el principal factor que contribuyó a la considerable aceleración de los precios durante 1982-1988”[5], además de ocasionar inflación, esta medida generó que se redujera la inversión en activos de capital4 que normalmente se importaban pero con la devaluación se volvieron excesivamente caros lo que a la postre significó una reducción de la producción en las industrias que requerían en mayor medida insumos importados para la producción. El gobierno no tuvo mucho margen de acción en cuanto a la política de tipo de cambio, hizo lo necesario para evitar la pérdida excesiva de reservas y para generar un excedente para pagar intereses y amortización, pero el costo fue grande. Una política que pudo haber contrarrestado esta situación hubiera sido incentivar la producción doméstica de los bienes de capital que normalmente se importaban de Estados Unidos exentándolos de impuestos o bien, subiendo la tasa de depreciación que se exenta de impuestos lo que se hubiera traducido en , cæteris paribus, un aumento de la inversión y así evitar una reducción en la producción.  

El enfoque que le dio el gobierno en curso al problema de la inflación como mencioné anteriormente fue “ortodoxo”, enfoque que ignora el hecho de que hay un factor en la inflación que es inercial, este depende de cuestiones estructurales e institucionales que no se pueden atacar por el lado de la demanda agregada, es decir, después de que el gobierno incurra en gasto inflacionario, aún con política monetaria y fiscal restrictiva la inflación seguirá presente en la economía. El abordaje al problema de la inflación cambió para 1987, lo atacaron por el método “no ortodoxo”, para así acabar el problema inercial de la inflación. Esto se hubiera podido hacer antes, aunque para Aspe (1994), primero era necesario un periodo de presupuestos balanceados para ganar credibilidad y esperar un momento en el que el banco central tuviera las reservas suficientes para llevar a cabo el programa, el tema de la credibilidad es muy subjetivo, empezar un programa un año antes de finalizar el sexenio y con el preámbulo de unas elecciones en las cuales el candidato de la oposición (C. Cárdenas) se veía con bastante fuerza, no me parece más creíble que hacerlo a la mitad del sexenio cuando ya se habían visto 3 años de presupuestos balanceados, fue tiempo perdido que nunca se pudo recuperar.

El gobierno de De la Madrid heredó de sus predecesores una gran cantidad de empresas que significaron 2 cosas dentro de este contexto de suspensión de crédito externo y alta inflación: por un lado ayudaron a contener la inflación, ya que mantenían a precios más bajos que los precios internacionales productos de la canasta básica de la población, y por otro lado implicaban un gran costo en el presupuesto gubernamental. Una solución fue cubrir gastos de capital con ingresos de capital, es decir vender las empresas controladas por el gobierno para cubrir parte de la deuda y así tener mayor márgenes de maniobra para afrontar eventualidades futuras[6], al hacer esto la contención de la inflación desaparecía, para corregir esto fue necesario abrir la economía a la inversión extranjera para así fomentar la competencia y los precios de los bienes comerciables tenderían a bajar, afectando a su vez a la baja los precios de los bienes no comerciables. A partir de la nacionalización de la banca se había iniciado el proceso de privatización de empresas públicas, pero dándole prioridad a las que no fueran tan estratégicas y con los recursos generados se cubrían parte de las transferencias al exterior, pero esto se había hecho de una forma gradual. Lo óptimo según algunas opiniones hubiera sido hacerlo desde el principio del sexenio6, además de cubrir deuda interna en lugar de externa para así reactivar de alguna manera la economía sin incurrir en gasto inflacionario, ya que una de las variables más relevantes para el crecimiento económico que cayó más significativamente fue la inversión, producto de un sistema bancario ineficiente y con poca capacidad para atraer ahorro dada la desconfianza en el sistema y la deuda interna del gobierno.

En conclusión, el gobierno de Miguel de la Madrid enfrentó grandes problemas de fondo que venían de sexenios pasados y estos problemas se acentuaron con choques exógenos desfavorables que hicieron más evidente y agravante la situación, pero considero que su administración sí pudo haber hecho más en su intento por evitar el estancamiento económico, pero fue más una cuestión de tiempos que de formas; como incentivando la inversión desde iniciado el sexenio (y no hasta el PAC[7] en 1986), y así evitar el estancamiento económico y conjuntamente atacar el componente inercial de la inflación con reformas estructurales (como privatización de empresas estratégicas), acuerdos con instituciones y con sindicatos de diferentes industrias para des indizar los salarios a la inflación y evitar espirales inflacionarias. Por último el problema que históricamente han adolecido las finanzas gubernamentales en México es la escaza recaudación, lo que se traduce en un reducido margen de maniobra para el gobierno en caso de darse choques que afecten negativamente a las variables macroeconómicas, lo que se requería era hacer más eficiente la recaudación y reducir la tasa del IVA ya que la óptima se encontraba por debajo de la existente en el periodo, lo que hubiera generado recursos y crecimiento económico en el corto plazo.


Bibliografía
Thorp, Rosemary (1998), Progreso, pobreza y exclusión. Una historia económica de América Latina en el siglo XX , BID. capítulo  7, pp. 215-255.
Hernández, Fausto (2003), La economía de la deuda. Lecciones desde México, México, FCE  pp.142-165
Cárdenas, Enrique (1996), La política económica en México, 1950-1994  FCE Capítulo 4. pp. 118-152.
Brailovsky, Vladimiro (1994), "Las implicaciones macroeconómicas de pagar; las respuestas de política económica ante la "crisis" de la deuda en México, 1982-1988”; en G. Castañeda (editor); La economía mexicana, un enfoque analítico, capítulo 7,  pp. 275-331.
Lustig, Nora (1994), México. Hacia la reconstrucción de una economía, El Colegio de México- FCE, capítulo 3, pp.97-134.
Aspe, Pedro (1993), El camino mexicano de la transformación económica; México, Fondo de Cultura Económica; capítulo 1, pp. 13-61.


[1] Pedro Aspe (1993)
[2] Cárdenas   (pp.132, 133)
[3]Pedro Aspe (1993)
[4] Brailovsky (1994)
[5] Brailovsky (1994) pp.283
[6] Càrdenas (1996)
[7] Plan de Aliento y crecimiento (se bajaron las tasas de interés para incentivar la inversión)  Cárdenas (1996)

lunes, 15 de abril de 2013

Venezuela, hacia el abismo económico.



Chávez no ha muerto, vivirá en la figura de Maduro, nuevo presidente constitucional de Venezuela. El régimen chavista se caracterizó por medidas populistas y por malas decisiones de política económica dejando a Venezuela en camino al “abismo económico”.
Históricamente Venezuela se ha caracterizado por ser un país productor y exportador de petróleo y durante el régimen chavista no fue la excepción. El crecimiento de Venezuela durante el gobierno chavista fue, en un principio pobre, hasta que en el 2003 se dio la expropiación de la industria petrolera lo que impulsó artificialmente las tasas de crecimiento económico financiando gasto público excesivo por los ingresos petroleros.

Chávez dejó un legado económico nada alentador, algunos datos de la economía venezolana son; inflación de 20.9% en el 2012 (recientemente impulsada a la alza por la devaluación), un déficit presupuestal de 17.5% del PIB, una economía altamente petrolizada (lo que la hace muy vulnerable a choques exógenos), deuda pública del 49% y creciente ( a pesar de que los precios del petróleo son históricamente altos), una dependencia del 95% de las exportaciones al petróleo, dependencia excesiva del ingreso gubernamental al petróleo (45%), incertidumbre sobre la defensa de los derechos de propiedad (resultado de constantes expropiaciones) y un sistema cambiario controlado (tratando de detener la constante depreciación de su moneda y generando un mercado negro de divisas). Hay también algunos aspectos positivos; se redujo la pobreza (producto de su política populista) y aumentó la educación media.

La política populista genera una pérdida en términos de productividad, ya que se asignan recursos a sectores menos productivos y, si a esto le sumamos las continuas expropiaciones que desincentivan la inversión, el resultado es una pérdida en la productividad total de los factores. Resulta evidente que, de seguir esta política populista, Venezuela está destinado al colapso económico que se puede ver agravada por la desconfianza internacional hacia el régimen, generando un problema de flujo de efectivo del gobierno (suspensión del crédito externo), lo que se traduciría en una importante reducción del gasto público (su principal motor del crecimiento). Otro aspecto relevante es el descontento o la polarización social dados los resultados de la elección, este es otro aspecto por lo que el gobierno tiene incentivos a aumentar el gasto público para así legitimarse, lo que llevaría a un mayor desajuste en las finanzas del gobierno, acelerando el paso hacia una inminente crisis.












sábado, 13 de abril de 2013

El desarrollo estabilizador, condiciones internas y externas


En el análisis económico de la historia de México hay un periodo que llama la atención de manera especial por sus condiciones excepcionales de alto crecimiento, baja inflación, aparente estabilidad política y equilibrio parcial de cuentas nacionales. A este periodo se le conoce popularmente como el “desarrollo estabilizador” y comprende de 1952 a 1970, periodo gobernado por los presidentes Adolfo Ruiz Cortines, Adolfo López Mateos y Gustavo Díaz Ordaz. El desarrollo estabilizador mostró indicadores económicos realmente sorprendentes; el PIB mostró un crecimiento de 7.1% anual en promedio, el PIB per cápita 3.6%(1), crecimiento del salario real de 6.7%(2) , esto con una inflación de apenas 2.3%(1) , es preciso recalcar que para lograr tales resultados fue necesario que se conjugaran varios factores, como el gran crecimiento del PIB en la década pasada, el aumento de la clase media, el incremento en la tasa de ahorro, el fortalecimiento del sistema bancario, el hábil manejo de la devaluación de 1954, y el crecimiento de la economía mundial en general así como la ausencia de choques externos que perjudicaran negativa y significativamente las variables macroeconómicas en México.

Tanto el auge del desarrollo estabilizador como su decadencia estuvieron influidos por factores tanto internos como externos, en la opinión de Reynoso (1989); el éxito de esta etapa de la economía se debió en mayor medida a las condiciones externas favorables (90% según su percepción), y sólo una pequeña proporción a la política económica llevada a cabo por las autoridades mexicanas y condiciones internas (10%). En el presente ensayo se busca analizar el impacto de los factores tanto internos como externos que influyeron en el éxito y caída del desarrollo estabilizador.

Un factor determinante para el éxito del desarrollo estabilizador fue la devaluación “preventiva” llevada a cabo en 1954 como medida precautoria del gobierno mexicano ante una posible situación similar a la devaluación de 1948 (ya que las condiciones fueron muy similares), la cual causó enormes pérdidas tanto en términos económicos como sociales. La devaluación fue una medida interna, pero forzada por choques externos tanto en la demanda como en la oferta extranjeras. A partir de esta medida se logró el objetivo del gobierno mexicano de mantener una economía con crecimiento sostenido y sin inflación ni devaluación, y así romper el ciclo recurrente de inflación-devaluación.

La economía mundial tuvo una aceleración del crecimiento en el periodo analizado, creció en promedio 4.9%(3) en el periodo 1952-1973; esto, cæteris paribus, repercute positivamente en el crecimiento de los países individualmente, ya que aumenta la demanda global y por lo tanto las exportaciones de los países en general, un dato que sustenta esto fue que en dicha época se dio el crecimiento más rápido del comercio de la historia, éste creció a un ritmo de 7%(3) anual en el periodo de 1952-1973.

 La baja inflación fue de las principales bases para el éxito del desarrollo estabilizador, ya que repercute en variables como el consumo, por lo tanto en el ahorro, inversión (dado que es una proporción del ahorro), confianza de la inversión extranjera en el país, entre otros. La relativa estabilidad de precios se logró principalmente por 2 factores; en primer lugar, el financiamiento del gobierno por el sector bancario, situación contraria a lo que ocurría previamente cuando el gobierno federal se financiaba con emisión de dinero por parte del Banco de México, resultado de esto, el financiamiento del gobierno federal aumentó del 12% en 1963 a alrededor del 25% en 1970(3) , y en segundo lugar a la ausencia de choques externos que pudieran afectar positivamente los precios (como por ejemplo: aumento en precios de importables).

Una condición primordial para el desarrollo de un país es, sin duda, la estabilidad política y en el periodo analizado existió estabilidad, aunque dicha estabilidad se vio reducida gradualmente conforme avanzaba la década de los sesenta, cuando Díaz Ordaz tomó la presidencia en el 64 ya existía cierta tensión entre diferentes grupos y el gobierno y para finales de la década, el movimiento estudiantil del 68 fue la gota que derramó el vaso, el gobierno usó medidas drásticas para acabar con las protestas. Antes de la matanza de Tlatelolco el gobierno reprimía protestas, pero tratando de ocultarlo para seguir manteniendo la imagen positiva de México(4) y evitar desconfianza en el régimen de inversionistas y prestamistas tanto extranjeros como nacionales. A partir de la matanza de Tlatelolco el régimen se volvió sinónimo de autoritarismo y a pesar de que el partido ganó las siguientes elecciones, la confianza y buena imagen del gobierno mexicano se vieron fatalmente dañadas, tanto entre los mexicanos como entre los extranjeros.

La única fuente de crecimiento a mediano y largo plazo en una economía es el cambio en la productividad total de los factores, esto se logra con inversión y, dado que ésta es una proporción del ahorro(5) (en economía abierta), el ahorro se vuelve fundamental en el crecimiento económico. En el desarrollo estabilizador el “ahorro voluntario” aumentó considerablemente, fue una fuente tanto de crecimiento como de sustento del modelo, ya que propició la inversión, pero también fue una importante fuente de financiamiento del gobierno federal y así se evitó el gasto público financiado con emisión de circulante del B.M. Este aumento del ahorro se dio gracias al crecimiento del producto interno bruto (dado que el ahorro es una proporción del ingreso), la estabilidad de precios (de no existir ésta, dada una tasa de interés, la gente tiene más incentivos a tener liquidez y evitar el “impuesto inflacionario”), y la creación de activos financieros líquidos.

Una de las consideradas principales causas del declive del desarrollo estabilizador fue la deuda creciente del gobierno mexicano a partir de mediados de los sesenta, ya que si bien es cierto que el gobierno se estaba financiando con ahorro interno, éste empezó a ser insuficiente en la década de los sesenta para abastecer el gasto gubernamental, lo que ocasionaba que el ahorro fuera menor a la inversión, hecho que ocasionaba un ahorro externo negativo y por lo tanto un déficit en la cuenta corriente. Este desajuste normalmente no se da si la recaudación fiscal se encuentra en niveles óptimos, pero en el periodo analizado México recaudaba una proporción muy baja del PIB. Se buscó desde la llegada de Díaz Ordaz una reforma hacendaria que elevara la recaudación, ésta fue subiendo, pero no pasó del 12%(6). México era uno de los países de América Latina con menor recaudación como proporción de su PIB, hecho que implicó un menor margen de acción del gobierno ante posibles eventualidades, así como una deuda creciente que podría dejar a la economía en una situación de vulnerabilidad ya que el crédito externo e interno estaba limitado y llegaría un punto en el que se alcanzaría el punto límite de crédito dada la trayectoria creciente del endeudamiento público y el gobierno sólo tendría los impuestos como presupuesto para sostenerse. Ante este posible escenario un choque negativo en; por ejemplo, la demanda extranjera, el gobierno no tendría margen para llevar a cabo una política contra cíclica apropiada que suavizara el impacto negativo en la economía o similarmente ante un choque negativo en la inversión extranjera. (Esta trayectoria creciente de la deuda tuvo repercusiones desastrosas, pero hasta la siguiente década).

La baja recaudación no era el único problema hacendario de México, también la recaudación ineficiente e “injusta”, según analistas de la época(7) que, aunado al crecimiento acelerado del país, aceleró la brecha entre ricos y pobres acentuando las tensiones sociales de finales de la década de los sesenta. Otro punto relevante tocado por los analistas fue que la base gravable era muy limitada, este hecho era ocasionado, principalmente, por exenciones fiscales a ciertos grupos. Estos 3 problemas; baja recaudación, pequeña base gravable y recaudación ineficiente e injusta han sido problemas recurrentes en la historia hacendaria de México y han limitado las políticas de gasto gubernamental, a la postre estas deficiencias hacendarias contribuirían en gran medida al colapso del desarrollo estabilizador.

 Según Cárdenas, un punto de desequilibrio del sistema fue “el aparato proteccionista, que fue creciendo con los años, al tiempo que el gobierno protegía y alentaba a sindicatos afines políticamente”(1), este proteccionismo del gobierno se puede justificar teóricamente en un principio y bajo ciertos supuestos de costo medio decreciente de la industria y competencia externa pre-existente y menos eficiente(8), pero este argumento (de la industria naciente) ya se había agotado para ciertas industrias, como la industria de bienes no duraderos, ya que esta ya había terminado el proceso de sustitución de importaciones, de manera que ya sólo se importaba 9%(3) del consumo doméstico, hecho que limitaba tanto su crecimiento (confinado al crecimiento del mercado interno), como la calidad del producto ofrecido, ya que ante un excesivo proteccionismo la industria beneficiada pierde incentivos para la innovación y la re inversión de utilidades, que a la postre generaran crecimiento económico.

 Varios autores como Cárdenas o Clark Renolds señalan el paulatino debilitamiento del sector agrícola como un factor fundamental en el decaimiento del desarrollo estabilizador, la inversión gubernamental en el sector agropecuario disminuyó y “la política de garantía de precios sesgó la producción hacia cultivos poco remunerativos aunque necesarios para la alimentación de la población”(1). La fortaleza del sector agropecuario es para una nación un tema fundamental, ya que de ello depende la autonomía y la autosuficiencia de la nación y, para una nación con aproximadamente la mitad de la población en pobreza patrimonial, como lo es México, es un tema aún más importante dado que el debilitamiento del sector se traduciría en un incremento de precios que tendría efectos regresivos y generaría descontento social. La caída en el los precios internacionales desincentivaron la inversión en el campo y acentuaron la decadencia del sector, consecuencia de esto, y del auge en el sector industrial, hubo una gran migración del campo a la ciudad, hecho que generó la aparición de “cinturones de miseria”3 en las ciudades y “ello profundizó la brecha entre dos “Méxicos” que todavía no es posible cerrar”(1). El deterioro del sector agropecuario contrajo las exportaciones, lo que obligó al gobierno a recurrir a más créditos externos para completar la necesidad de divisas. Esta situación está ligada a la falta de margen de maniobra ocasionada por la debilidad hacendaria de la época y a una falta de planeación gubernamental.

En conclusión, tanto el éxito como la caída del desarrollo estabilizador estuvieron expuestos y fueron resultado tanto de condiciones externas como internas de le época y condiciones pre existentes; sin embargo, decir que las condiciones externas influyeron en mayor medida que las condiciones internas como lo hace Reynoso (1989) o viceversa me parece restarle importancia al hecho de que, sin la existencia de una de las dos, no hubiera sido posible alcanzar el crecimiento observado con la estabilidad de precios que se dio, ya que se da la imposibilidad de separar los efectos de ciertas condiciones externas que se pudieron aprovechar, o afectaron, debido a las condiciones internas y viceversa. Lo que sí podemos asegurar es que para el final del desarrollo estabilizador, el gobierno mexicano se mostró incapaz de adaptarse a los cambios sociales y a las necesidades económicas y así mantener las altas tasas de crecimiento con la estabilidad de precios. Esto condujo al fin de una de las épocas más importantes para la historia económica de México.

 1 Cádenas (1996)
 2 Suáraz Dávila
 3 Cárdenas, Ocampo, Thorp (2003)
 4 Loeza Soledad
 5 Solow, Robert (1956)
 6 Izquierdo (1995)
 7 Kaldor en Cardenas (1996)
 8 Paul R. Krugman “Economía internacional: Teoría y política”


 Bibliografía

 Cárdenas, Enrique (2010), La economía en el dilatado siglo XX, en Historia Económica General de México, Sandra Kuntz (Coordinadora), por publicarse, pp.517-525. Izquierdo, Rafael (1995), Política hacendaria del desarrollo estabilizador, México, Fondo de Cultura Económica, capítulo 4, pp. 66-91. Suárez Dávila, Francisco (2005), “Dos visiones de la política económica en México: un debate en la historia (1946-1970)” en Romero Sotelo, Ma. Eugenia (Coordinación), Historia del pensamiento económico en México. Problemas y tendencias (1821-2000), México, Editorial Trillas, pp. 253-282. Ortiz Mena, Antonio (1970), “Desarrollo estabilizador. Una década de estrategia económica en México”, El Trimestre Económico, Vol.37, número 146, pp. 417-454. Cárdenas, Enrique, Ocampo, J.A., y Thorp R. (eds.)(2003), “Introducción” en Industrialización y estado en la América Latina. La leyenda negra de la posguerra, Serie Lecturas 94, Fondo de Cultura Económica, México, pp. 9-57. Robert M. Solow(1956) “A Contribution to the Theory of Economic Growth”. The Quarterly Journal of Economics (1956) 70 (1): 65-94. doi: 10.2307. Paul R. Krugman, Maurice Obstfeld, “Economía internacional: Teoría y política” Pearson Education.